Posiblemente no seas una de las 400 familias que van a recibir una de las flamantes VPO sobre unos terrenos, tal vez, descontaminados, ni un ejecutivo buscando una oficina con vistas a la avenida Juan XXIII. Quizás tampoco tengas pensado disfrutar del hotel “Repsol” o seas de los que crees que en Málaga no cabe un centro comercial más. Pero seguro que eres un ciudadano que desea vivir en una ciudad habitable y, si tienes hijos, no dudamos que te gustaría dejarlos en un mundo, al menos, tan habitable como el que tú has disfrutado.
A estas alturas ya estarás cansado de haber escuchado o dicho en numerosas ocasiones eso de “¿Quién podía pensar que nos íbamos a ver así?” pensando en la vida con mascarillas, el confinamiento, en no poder tocarnos, besarnos, … en definitiva, por la situación que estamos viviendo en primera persona por la crisis de la COVID19.
Es posible que, dentro de 50, 30, 15 años estemos diciendo lo mismo por las consecuencias del cambio climático. Sin embargo, esta vez habrá otro hilo del que tirar ¿Por qué no hiciste nada para evitarlo? Y es que está en nuestras manos. Igual nos agarramos a la clásica excusa, es un problema muy grande y requiere soluciones al más alto nivel. Y hasta cierto punto es verdad, pero NO del todo. Y lo decimos convencidos, porque hay frentes en los que cualquier ciudadano puede situarse y hacer su parte. El Bosque Urbano de Málaga (BUM) es uno de ellos. Depende de nosostros, de nuestra voluntad y actos, que los terrenos de la antigua Repsol se conviertan en un bosque, fuente de oxígeno, sumidero de CO2, mitigador de las temperaturas del cambio climático. En esta ocasión no sirve el activismo virtual. Necesitamos implicarnos de verdad, realizar acciones en el mundo real, con consecuencias palpables, árboles y no clics. Es el momento de hacer realidad el primer bosque urbano del sur de Europa. Málaga tiene la oportunidad de liderar a las ciudades que implementan Soluciones Basadas en la Naturaleza.
Y tú, como ciudadano libre, eres responsable de hacerte oír y notar. Plantar un árbol es el mayor regalo y muestra de generosidad que podemos dar a las generaciones futuras. Es cuidar a un ser vivo que dará sombra, oxígeno, fruto, cobijo, … cuando nosotros ya no estemos. Es nuestro compromiso con el futuro desde el presente. Si dentro de unos años el mundo no tiene solución, el cambio climático ha cambiado las reglas de juego de modo irreversible, si tenemos que renunciar a los privilegios que nuestro planeta nos ha regalado, tendremos la serena tranquilidad del que hizo su parte. Seremos los que se ensuciaron las manos con polvo, se hicieron heridas abriendo la dura tierra para llenarla de vida, y podremos mirar cara a cara a nuestros hijos y decirles que lo dimos todo para evitarlo. Si triunfamos, seremos los héroes silenciosos y anónimos que supieron estar a la altura de los tiempos.
Para recordar a un ser querido que nos dejó, por un hijo que nace, por amor a los árboles, por un aire más puro, un regalo para la nueva generación, … hay tantas razones como personas para plantar árboles y el BUM es tu sitio y oportunidad.
Únete al BUM y a los ciudadanos que, ante la irresponsabilidad de las autoridades locales, van a crear el bosque. Se parte del BUM, planta un árbol, un matorral, riega los que ya hay, entierra los restos orgánicos para abonar el suelo, pasea por ese espacio, pide el bosque y reniega de más hormigón. Es nuestra última oportunidad. No podemos estar seguros de lo que ocurrirá en el futuro, pero si podemos pelear en el presente, en nuestro terreno, en nuestro bosque.
¡Y vamos a hacerlos juntos! A continuación os dejamos las instrucciones para construir el BUM.